domingo, 7 de noviembre de 2010

El Papa ataca en Barcelona el aborto y el matrimonio gay 

El Papa Benedicto XVI atacó el domingo la legalización del aborto en España en su visita a Barcelona, durante la cual decenas de parejas de gays y lesbianas protestaron besándose públicamente frente al Pontífice. Seguir leyendo el arículo
"La Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar", dijo el Papa durante la misa de consagración de la iglesia de la Sagrada Familia, que lleva 128 años en construcción.
Agregó: "El amor generoso e indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural".
La legalización del aborto y el matrimonio homosexual han avivado las tensiones con el Vaticano, aunque el Gobierno restó importancia a las fricciones durante la visita. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, promovió la legalización de matrimonios entre personas del mismo sexo, que también pueden adoptar.
España es el tercer país del mundo en legalizar el matrimonio homosexual, y parejas de gays y lesbianas se dieron cita el domingo para besarse frente al Papa como símbolo de su rechazo a las enseñanzas de la Iglesia contra la homosexualidad.
"Estamos aquí para hacer una protesta pacífica. La Iglesia nos oprime y no nos respeta. Está contra el uso de los preservativos cuando se está muriendo gente en África. No se puede tolerar un Papa así en el siglo XXI", dijo Eduardo Prado, de 39 años, una de las 300 personas que participó en el llamado 'queerkissflashmob'.
El Papa no reaccionó ante el beso y la protesta se vio sobrepasada en número por miles de fieles que ondeaban banderas y saludaban al Pontífice a su paso a bordo del "papamóvil" en dirección a la Sagrada Familia, la iglesia modernista y fantásticamente embellecida diseñada por Antoni Gaudí.
LAICISMO AGRESIVO
El Papa Benedicto XVI, en su segunda visita a España desde que fue elegido, recibió críticas desde algunos medios por las declaraciones que hizo a los periodistas durante su vuelo el sábado, cuando dijo que el país estaba atravesando un período de "laicismo agresivo como se vio en la década de los años 30".
El Gobierno no reaccionó a las declaraciones, pero algunos críticos cuestionaron la comparación del descenso de religiosidad - sólo el 15 por ciento de los españoles que afirman ser católicos acuden regularmente a la iglesia - con el movimiento anticlerical de los tiempos de la Segunda República.
"El Estado financia actividades católicas con no menos de 6.000 millones de euros cada año (colegios, clases de religión, reconstrucción de templos, salarios de obispos). ¿Es eso laicismo agresivo o anticlericalismo amenazador?", escribió Juan G. Bedoya en un análisis publicado el domingo en el diario El País.
El Papa pidió una "reevangelización" de España, país de origen de algunos de los católicos más influyentes de la historia, como el fundador de la orden de los Jesuitas Ignacio de Loyola.
La historia de España ha estado intensamente vinculada con la Iglesia, desde la expulsión de los musulmanes y los judíos por parte de los Reyes Católicos en el siglo XV, hasta las conversiones obligatorias a través de la Inquisición, o con la financiación de la evangelización del "Nuevo Mundo".
SAGRADA FAMILIA
Antes de volar a Barcelona el sábado, el Papa visitó la catedral de Santiago de Compostela.
En la misa del domingo, el Pontífice elogió la Sagrada Familia, que una vez esté completada tendrá 18 torres serpenteantes que representan a los 12 apóstoles, los cuatro evangelistas, Jesús y la Virgen María.
"Gaudí, abriendo así su espíritu a Dios, ha sido capaz de crear en esta ciudad un espacio de belleza, de fe y de esperanza, que lleva al hombre al encuentro con quien es la verdad y la belleza misma", dijo el Papa durante su homilía, a la que acudieron los Reyes de España y diversas autoridades, como el presidente de la Generalitat, José Montilla.
Antes del domingo, la Sagrada Familia - que con el tiempo podrá acoger a más de 10.000 personas - nunca había sido usada como iglesia. Gaudí murió en 1926 y la construcción del templo ha continuado lentamente desde entonces, financiada sólo con los donativos de los visitantes y las tasas de admisión.
Ahora que ha sido consagrada por el Papa, se celebrarán misas regularmente en el edificio.

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