lunes, 1 de noviembre de 2010

retiro en Santo Espíritu del Monte días 29-30-31 Octubre

Tenía otra vez necesidad de recogerme en el silencio de un convento y me vine aquí a Santo Espíritu del Monte en Gilet.

El lugar es precioso, en una montaña bastante alta cerca del pueblo. Me recibió el Padre Rafael y me puso al corriente de los horarios de los rezos y comidas.

Estoy ahora en mis nuevos comienzos de esta vida de silencio y oración desde la observación también de mi propio interior.

No tengo nada más importante ahora que la "presencia" de Dios en mí. El seguimiento del muy amado Jesús y la siempre reconocida por mi parte compañía del coro celestial.

Vuelvo a renacer cuando hace tan sólo un mes no tenía expectativas de mi presente y menos de mi futuro.

Y ésto no lo digo por el planteamiento laboral en el que sigo bastante mal sino en mi vida espiritual que es la que me da fuerzas para levantarme cada día.

Cuando me alejo del camino espiritual mi salud se resiente y me deprimo.

Por eso ahora y aunque sea poco a poco acepto este pequeño trabajo de cuidadora de ancianos, que desde hace 30 años hago y, aunque me tiene cansada y quemada no hay otro tipo de trabajo que pueda desempeñar. Mi inexperiencia en el mercado laboral unida a mi edad de 55 años pocas posibilidades tengo ya de mejorar en este sentido.

Por eso tengo que aceptar y de buen grado lo que tengo ahora.

Pero he descubierto en mi retiro anterior que si tengo el aliciente de poder ir el fin de semana a algún lugar religioso me hará bien y podré ir asentando los cimientos de mi camino espiritual.

He pasado de forma muy tranquila por los alrededores donde todo era belleza natural de frondosos pinos que me sintonizaban con "lo alto". En una montañita me dejaba acariciar por el viento con la confianza de sentirme renovada.

Luego volvía a la capilla y me quedaba en silencio.

Otro rato lo pasaba en la habitación leyendo. me traje "Me desposaré contigo para siempre" de Ramón Rodriguez Balaguer. Una introducción  y comentarios al Cantar de los Cantares.

(el amor humano como anhelo, búsqueda, llamada, encuentro, pérdida, deseo de posesión, donación total, comunidad plena...La simbología del amor. Es el amor de dos personas que expresan el calor de su intimidad y de su pasión. Toda la naturaleza es convoca para acompañar, como un cortejo, al amor: la atmósfera primaveral, los animales, los aromas, la geografía de Palestina, el mismo cuerpo humano.
Cristo, como el esposo, la Iglesia, como la esposa, peripecias del amor de Jahveh por Israel....)

En otro momento de mi vida y no hace mucho, por cierto, me hubiese embelesado trasponiéndolo a mi agitada e intensa vida sexual pero ya no es el momento de ésto.

Por la tarde asistí a las oraciones de Vísperas. Me sentí algo cohibida con tanto sacerdote, habrían unos 15, entre novicios y consagrados, pero tanto laudes (oraciones de la mañana) como éstas de la tarde están abiertas al público.

De reojo miraba a todos esos jóvenes novicios (calculé que tendrían entre 22 y 30 años no más), hace tan sólo unos meses me volvía loca por jovencitos de 30 y 35 años con los que chateaba muchos días pero ahora a penas me atrevía a mirarles. Aunque si me seducían sus pies descalzos en esas sandalias de cuero... ¡Por cuántas fases pasamos en días!.

Al día siguiente no subí a la parte de arriba con ellos y me quedé en la parte de abajo de la iglesia, me sentía más cómoda. Ahora que quiero renunciar a los hombres ¡se me presentan con sótana!.


El domingo vino mucha gente a las misas y me sentí fatal con tanto cohe y gente chillando así que me he venido hoy lunes.

Estoy algo aturdida no se si porque no he dormido bien con tanto repique de campana que me despertaban a cada momento o el colchón de muelles o mi propio estado interno lleno de preguntas.

¿El cielo? ¿El infierno? ¿el purgatorio? ¿Dios?. ¿Qué es la existencia?Las eternas preguntas de siempre que a veces las veo claras y otras oscuras o grises.

Desde el punto de vista oriental que tanto estudiado lo tenía claro pero desde mi religión católica no tanto sino por lo que había oído de las monjas donde estudiaba donde todo era condenación y sacrificio.
En el orientalismo, evolución y progreso.

Me traje el libro de "Fe, Verdad y Tolerancia, el cristianismo y las religiones del mundo", de Joseph Ratzinger pero no me gusta ni entiendo este lenguaje tan especializado eclesial.

Creo que soy más de la vía devocional, los rezos y los cantos (aunque canto fatal se que algún día podré cantar bien. Es algo que lo tengo por intuición que así será).

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